Cuantas palabras envueltas en papel de regalo, entregas diarias por correspondencia, con un motivo que ya parece casi enterrado en el olvido. Ya no prestas atención al momento, no adecuas tu sentimiento, y al final esto es lo que hace que tanto regalo deje de ser sorpresa. Que tanto envoltorio reste importancia a lo envuelto, que me haces perder el tiempo desenvolviendo donde ya no queda nada dentro.
Los actos hablan más que las palabras.
 Las palabras más importantes no se gritan, se susurran al oído.
Las palabras más importantes no se gritan, se susurran al oído.
 
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