Las palabras más importantes no se gritan, se susurran al oído.

martes, 28 de enero de 2014

Que llueva

Ese agua estancada en un inhóspito rincón de la ciudad donde el suelo está ligeramente abombado. Ese lugar donde nadie se atreve a pisar a no ser que lleve botas de agua, o donde otros chapuscan chapuscando así su rabia embotellada. Allí donde se refleja todo lo de su alrededor cuando le miras. Océano sediento de lluvia, en espera de enamorar a la primera nube que se pose encima de él, porque sin el amor de su cirros, este pequeño océano, va poco a poco desfalleciendo, se disipa falto de su principal fuente de alimento. 

Te necesito. Sin ti me evaporo. Contigo me hago grande.


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