Las palabras más importantes no se gritan, se susurran al oído.

martes, 13 de enero de 2015

Deja de volar

Siento tus alas batiéndose 
en mi aire,
el aire de esta cárcel
donde solo quepo yo. 
¡Cómo envidio tu vuelo!
Esa libertad, 
tan tuya,
tan odiosa
que solo puedo odiar yo. 
Desearía, aunque 
solo fuera por un momento,
que te posases
en una de estas verjas
y respirases un moratón,
solo uno. 
Que sintieras, aunque 
solo fuera por un momento,
lo morado que está esto,
esto que solo es mío,
y nada tuyo.
Aunque, 
ojalá.





















domingo, 4 de enero de 2015

Última desviación

Se ha acabado la pila
de mi reloj de muñeca,
se ha agotado el tiempo,
para contar y para perder.
Perder, se ha perdido todo.

He buscado mundos entallados,
personas a medida
y caminos de línea recta,
pisadas fáciles, a quién voy a engañar.
Engañar, me he engañado yo.

Tengo un corazón ahogado
que destiñe tinta negra
y unos versos mudos con ganas de gritar.
Gritar, se ha gritado el presente en participio.

Espero de rodillas un auxilio.
La dependencia no se trata con la soledad
y a mi me toca hacer de Celestina.
Celestina, la que nos faltó a ti y a mi.