Otra vez más, me despierto con las sábanas pegadas a los sueños, la almohada reposando en el colchón y mi cabeza dando vueltas. Siempre la misma historia, la que me atormenta.
Sin salida al exterior, sin manera de sacarlo, explotarlo o hacerlo desaparecer. Empuja con todas sus fuerzas y araña donde los demás no llegan. Sonríe hacia afuera y pone mala cara por dentro. Finge no ser nada y luego es demasiado. Conoce mis puntos débiles y se aprovecha de ellos. Persigue mis metas para impedir que yo llegue. Cohibe mis fuerzas, apaga mis luces, desentierra mi olvido...
Ojalá, ojalá desaparezcas.
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