Tal vez se te olvidó como deslizar la mano ligeramente, como elegir bien el color, o simplemente como sacarle punta. O tal vez sea el papel en blanco, que te amenaza con su pálida cara, que te pone nervioso y te angustia el no saber como empezar a mirarle o tocarle...
Está claro que las sonrisas no se dibujan con cualquier lapicero, pero más importante aún es la mano que lo sujeta.
No hay comentarios:
Publicar un comentario