Las palabras más importantes no se gritan, se susurran al oído.

domingo, 19 de febrero de 2017

Tus ruinas

En qué momento tan inapropiado llegaron tus ruinas,
cuando yo ya miraba lejos, a otro lado,
se derrumbaron los muros de tus conceptos, de tus ideas
hasta entonces inamovibles.

Y el estruendo me hizo girar la cabeza atrás,
verte tirado en el suelo de tu hogar lleno de escombros,
con la mano tendida a la infinita esperanza
apuntando a mi mano.

Mi puño se aflojó y no pude evitar
que mi compasión extendiera mi mano
llena de dudas de nuestro pasado.
Te sostuve con la ligereza propia del cariño
y la fuerza propia de la rabia.
Te di lo que pude
sin esperar lo que pudiera.
Te vi quitándote las vendas de los ojos
y destapar un mundo nuevo,
te vi,
y ya no mirabas igual,
pero seguiste mirándome.

Sigues mirándome
y sosteniendo tus ojos atados a los míos,
y yo no sé soltarlos.
Ayuda.
Pido auxilio en el momento más apropiado,
porque no necesitaré más ayuda que ahora,
que más que estar perdida,
es que no paro de buscarme.


                                                                                         Foto por Mariola Trigo

domingo, 20 de noviembre de 2016

DUDA

En el silencio, silenciosa nace la duda
asustada y con miedos crece solitaria
la incertidumbre la alimenta,
no tiene hambre, pero está sedienta.

La distancia la seduce
y el tiempo, cuanto más lento avanza,
más loca la vuelve
se revuelve ella sola en una mente que no abandona
escarba en el pasado buscando pistas
y cuando las encuentra,
¡ay cuando las encuentra...!
La duda
ya
no
es
una
sola
duda.

                                      Retrato de Alejandro Dagnino por Mariola Trigo







martes, 4 de octubre de 2016

Pretextos

Tus pretextos en señal de cobardía,
de que prefieres un escudo protector
que te asegure salir vivo de esta vida.
De que no te la juegas,
que para qué quieres una espada
si nunca te atreverías a empuñarla
por si esto, lo otro, o porque puede que...

Tus silencios que miran de reojo a las palabras
tus manos sueñan con caricias y tú cierras los puños.
Tu boca está celosa de las que se atreven a hablar antes de besar,
pero tú no te das cuenta,
no tienes tiempo,
tú estás ocupado perdiendo razones gastando excusas
inventando imposibles
por si esto, lo otro, o porque puede que...