Las palabras más importantes no se gritan, se susurran al oído.

lunes, 16 de febrero de 2015

Sin ti, ¿seguiré siendo yo?

Mis verbos ya no se conjugan junto a los tuyos, y sin embargo puedo sentirte aún aquí. Echarte de menos ha dejado de ser una forma de decirte que te quiero, para convertirse en un dolor hecho solo a mi medida.

Así como el atardecer acaba los días, tus últimas palabras acabaron con mis alegrías, pero esta vez parece que el sol se ha olvidado de que le estoy esperando. Espero un mañana en el que "sin ti" pueda ir acompañado de algo positivo, "sin ti, y sin darme cuenta", "sin ti sigo siendo yo"...  Pero no es fácil conseguirlo, eres de las pocas cosas que puedo decir con certeza que las supe valorar mientras las tuve. Sí, yo te perdí, y no puedo decir que no me di ni cuenta, más quisiera. Fue en un instante, de repente, tenerte y no tenerte casi se cogieron de la mano, fue rápido, pero el dolor se negó a imitar al tiempo.

Y ahora que solo queda aquí tu sombra, tu huella, tu recuerdo de lo que fuiste aquí y que ahora eres en otro sitio, no hay nada que hacer, nada excepto seguir, seguir sin más, tratando de apagar la esperanza que aún tengo de que algún día vuelvas a ser tú el que me mire, y no tus pupilas, que no saben lo que ven...