Las palabras más importantes no se gritan, se susurran al oído.

jueves, 19 de septiembre de 2013

Nuestras metas

Pretendemos alcanzar metas sin apenas correr, sin cansarnos, sin derramar una gota de sudor. Esperamos resultados antes de tiempo. Y es que, como siempre se dice, quien algo quiere, algo le cuesta.

Pero eso que cuesta es lo que al fin y al cabo luego te hace grande, te llena, te hace sentir orgulloso de ti mismo, porque a pesar de todo el esfuerzo ¡lo conseguiste! ¡Lo lograste aunque fuese duro el trabajo! Ay amigo... que gran satisfacción alcanzar las metas y sueños por tu propio pie, con no más ayuda que tus zapatos.

Cada obstáculo que se interpone entre tu meta y tú, esos baches que la hacen parecer inalcanzable, ya apenas visible para tus ojos... no son más que retos para tu propia voluntad, formas de decirte, ¡Vamos, sigue, no pares! Pero que triste es ver como los mal interpretamos, vemos un STOP cuando lo único que hay es un semáforo en verde, un cruce sin apenas tráfico.

Que lástima que nuestra voluntad no aprenda tras haber corrido tantos maratones y alcanzado tantas metas...